En Cultura federal es hora de mostrar que trabajamos: Núñez Bespalova

En Cultura federal es hora de mostrar que trabajamos: Núñez Bespalova

Ciudad de México. En la Secretaría de Cultura federal (SC) concluyeron los diagnósticos y es momento, ‘‘ahora sí”, de comenzar a mostrar actividad y proyectos, anuncia la nueva subsecretaria de Desarrollo Cultural, Marina Núñez Bespalova.

Fuente La Jornada en línea

La funcionaria toma el timón de una de las áreas más importantes de la SC luego de la renuncia de Édgar San Juan, quien, ‘‘por motivos personales”, se bajó del barco con todo y las ganas que tenía de ‘‘servir como un puente entre la comunidad de creadores y el Estado, en un renovado paradigma de administración pública” (como mencionó en la entrevista con este diario el pasado 13 de marzo).

Núñez llega a la Subsecretaría de Desarrollo Cultural luego de estar alrededor de cinco meses a cargo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), puesto que asumió para concretar su restructura y calmar los ánimos entre artistas e intelectuales luego del desencuentro que éstos tuvieron a principio de año con Mario Bellatín, primer encargado del Fonca en tiempos de la Cuarta Transformación.

Ahora la nueva subsecretaria, quien cuenta con un doctorado en filología, fungirá también de enlace entre la Secretaría de Cultura y la Cámara de Diputados, luego del reclamo que hace unos días hicieron varios legisladores a la titular de la SC, Alejandra Frausto, por no tener interlocución con la dependencia.

Saber pedir las cosas y respetar ciertos tiempos

En entrevista con La Jornada, Marina Núñez Bespalova afirma que se está trabajando a todo vapor en la Secretaría de Cultura; sin embargo, ‘‘quizá no hemos sabido, y eso sí es un mea culpa, comunicarlo de una manera efectiva. No es asunto del mecanismo interno de comunicación, a lo mejor en las distintas áreas se están fijando mucho en hacer y no en comunicar. Vamos a reforzar ese punto, pero también a potenciar lo que se está haciendo, ayudándonos entre nosotros; vamos a tejer redes, también con otras áreas de la administración pública, y con instancias estatales e internacionales.

‘‘Tendría que criticarse más bien lo contrario, el ponerse a trabajar sin conocer cuál es el escenario que se tiene. Nosotros nos tomamos el tiempo necesario para un diagnóstico, me parece muy sano, comenzar a actuar hasta ver cuál es el escenario. Ya se está trabajando, lo que haremos ahora es que se vea más ese trabajo”, reitera.

Respecto de la asignación de Apoyo a Festivales Culturales y Artísticos (Profest) a través de nuevas reglas (otra de las inquietudes manifestadas por los diputados en su encuentro con Frausto, debido a que no se tomaron en cuenta las ‘‘sugerencias” de los legisladores, anteriormente llamadas ‘‘etiquetados”), la subsecretaria de Desarrollo Cultural sostiene que será prioritario atender la profesionalización de quienes presentan proyectos.

‘‘Para acceder a los beneficios ahora hay que saber pedir las cosas, respetar ciertos tiempos y presentar bien los proyectos. Vamos a proponerles a los diputados colaboración en la profesionalización de gestores culturales, vamos a dar capacitación para acceder a lo que entrega no sólo Profest, sino los otros programas”, añade la funcionaria.

Con las nuevas reglas de operación, adelanta, ‘‘que no quede duda de que lo que quisimos hacer fue abrir el abanico de posibilidades que en su momento dieron los etiquetados, pero nosotros tenemos que respetar reglas de operación, en favor de la transparencia, para evitar la corrupción”.

Los cambios, algo natural; no hay que asustarse

La subsecretaria Marina Núñez Bespalova considera que lo más complicado del cambio de modelo de políticas públicas en el gobierno de México y en la Secretaría de Cultura en particular ‘‘ha sido demostrar la importancia de la transparencia, que evita las discrecionalidades, y si te vas a fondo, los actos de corrupción. Ha sido difícil hacer entender a muchas personas que es importante ser transparentes, no porque estén inmersos en ello, sino porque hay inercias que han permanecido muchos años, e incluso se ven como algo natural, cuando no lo son.Ha sido complicado comunicarlo, que del discurso se baje a la acción. Lo de los etiquetados es un buen ejemplo, un muy buen primer ejercicio de transparencia”.

Aclara que en estos momentos no se puede hablar de que exista subejercicio en la Secretaría de Cultura (como advirtieron algunos legisladores); ‘‘en Cultura la mayor parte de los presupuestos se ejercen en el segundo semestre del año, en parte por cuestiones naturales, pues los procesos de producción siempre culminan a final de año. Casi nunca se piden apoyos o se invierte mucho dinero al principio porque se están gestando, diseñando y negociando los proyectos.

‘‘Somos los primeros interesados en que no haya subejercicio, es una mala praxis de la administración que puede hacer que corran riesgo los presupuestos del siguiente año. Desde el día uno la Secretaría de Cultura nos ha pedido que cuidemos eso. Al menos en las áreas que coordina esta subsecretaría no se tiene subjercicio. Vamos a tiempo, estamos en programa. A final de año podremos hablar del tema, si sucedió o no. El gran jalón se presenta al final, y además hay que considerar lo que queda para el primer trimestre del siguiente año, porque en noviembre y diciembre dejamos compromisos de pago que se ven reflejados incluso hasta marzo”. La funcionaria explica que más que para calmar ánimos, ella ha asumido sus responsabilidades, primero en el Fonca y ahora de subsecretaria, ‘‘para abrir espacios de diálogo y empatía” con todaslas personas que trabajan por la cultura.

En particular, con los empleados de la SC, continúa, se trata de transmitirles ‘‘que todos formamos parte de un equipo, que no es que los funcionarios de primer nivel sean los únicos que estén programando proyectos o llevándose la gloria y los golpes. Los que estamos de este lado no podemos hacer nada sin los que están del otro y son importantes, es una cadena. La idea es no perder el diálogo y respetar, ante todo, los intereses de la institución, nosotros no somos permanentes, en algún momento nos vamos a ir y lo que quedará es la institución”.

–¿Vienen más cambios o ajustes en la Secretaría de Cultura?

–Por el momento tengo entendido que no. Pero no hay que asustarse si suceden; es algo natural y válido. De eso se trata el tomar decisiones, decir: ‘necesito reforzar aquí o allá’, porque se trata de reforzar equipos y proyectos.

‘‘Una de las líneas de reforzamiento es la inclusión, hay que darle voz y presencia a todos aquellos que no han estado de manera activa en los programas anteriores de cultura. Ahora tenemos que incluirlos no sólo como beneficiarios de programas, sino que participen como hacedores. Esa es otra de las líneas prioritarias de acción: hacer cultura entre todos.”

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